La Virgen de Belén corresponde iconográficamente a las imágenes de Nuestra Señora de la Providencia, Virgen que sostiene entre sus brazos amorosamente a su Hijo desnudo o con un paño, que recuerda las nuditas temporalis.
El origen de esta obra lo trajo consigo de España el Arzobispo Núñez de Haro y Peralta: de ella comenta don Manuel Toussaint:"...obra del insigne Murillo. Cuadro admirable con la verdad con que produce el modelo, mujer sevillana, de ligero bozo sobre el labio y expresión sencilla y simpática, así como por la figura del Niño, bien característica entre las del genial artista andaluz". (1)
El cuadro estuvo desde su llegada, hasta el inicio de nuestro siglo, en el coro de la Catedral Metropolitana, y fue sustituida durante la persecución religiosa de 1926, por esta copia, misma que reproduce en todos sus detalles al original, conservado actualmente en las oficinas de la Mitra Metropolitana.
La copia fue retirada del coro en 1946, para pasar al acervo del Museo del Arte Religioso y de ahí pasó a formar parte de la colección del Museo Nacional del Virreinato.
Obra consignada por Manuel Toussaint. (2)
(1) Manuel Toussaint, La Catedral de México, y el Sagrario Metropolitano, su historia, su tesoro, su arte, p. 226.
(2) Ibídem.