Esta pintura representa la sexta estación del Vía Crucis que conserva el recuerdo del encuentro de Jesús en la calle de la Amargura con la piadosa mujer conocida como la Verónica: "Acercóse a enjugar el rostro de Jesús con un lienzo, obtuvo en premio de su acción, que nuestro Señor dejara impreso en ese lienzo los rasgos de su Divino Rostro". (1)
Este tema iconográfico halla su momento cumbre en la imagen de piedad del siglo XV y decae posteriormente, ya que los artistas prefirieron pintar sólo la faz de Cristo.
La serie de este Vía Crucis consta de catorce pinturas, las cuales estuvieron ubicadas en la iglesia de San Francisco Javier hasta el año de 1930.
1. Aurelio de los Santos Otero, Evangelios apócrifos, Actas de Pilato, Versión B, p. 421.