La sibila Frigia procedía de la región de este nombre en el Asia Menor. En esta obra aparece con características que hacen alusión a la concepción que antiguamente se tenía de esta zona, como es el turbante decorado con plumas, así como la tez oscura que la distingue del resto de las sibilas de esta serie.
Iconográficamente, según Santiago Sebastián, a esta mujer se le ha pintado con una espada erguida y una rama de laurel, (1) ambos atributos aluden a la victoria espiritual y a la eternidad. (2) En este caso estos objetos han sido sustituidos por un estandarte blanco, que hace referencia a la victoria sobre la muerte a través del martirio (3) y que se encuentra relacionado con la imagen de Cristo resurrecto, también en la cartela que sostiene la profetisa.
Esta pieza se encuentra muy deteriorada, por lo cual los demás elementos de análisis iconográfico no son claros.
(1) Santiago Ferguson, El barroco iberoamericano, p. 287.
(2) George Ferguson, Signos y símbolos en el arte cristiano, p. 36.
(3) Ibídem, p. 252.