Este árbol es el resultado de la confluencia del pensamiento católico y el indígena. Se origina con la idea del árbol de la creación, llamado árbol florido (en náhuatl, xochicuáhuitl), fusionada con el símbolo de la santa cruz, ambos relacionados con la regeneración de la vida. Se utilizaba como ofrenda votiva a las deidades de la lluvia y la fertilidad. En esta obra se representa el mestizaje a lo largo de la historia de México, donde el maíz, la vida y la muerte articulan la narrativa, y se traza una serie de escenas históricas desde la época prehispánica. Además, se detallan indumentarias de diferentes regiones de México.
Las figuras antropomorfas integran aspectos etnográficos e históricos de los grupos étnicos de México.