Tres bocas circulares repartidas en la tapa. Clavijero ondulado. Veinticuatro cuerdas, cuatro graves y dieciocho agudas, la cuarta cuerda grave ésta hecha del trenzado de dos agudas. Sin clavos.
Los nahuas, totonacos y teenek adoptaron el arpa en la época colonial y desde entonces, junto con el violín, forma parte del conjunto de instrumentos musicales de estos grupos. Características como el travesaño ondulado y las tres bocas distinguen el arpa totonaca de las de sus vecinos. Hoy día su ejecución tiene lugar en ocasión de rituales agrarios y terapéuticos conocidos como de costumbre, aunque antes acompañaba algunas danzas religiosas, como las de Monarcas y Negritos, y hasta hace unos años, a la de Viejos, en Todos Santos. En contextos rituales agrarios el arpa es asociada a lo femenino, en oposición al violín que es lo masculino.