Después de tomar la ciudad de Valladolid -hoy Morelia-, las fuerzas insurgentes avanzaron hacia la capital del Virreinato. Muy cerca de su objetivo, en el estrecho paso del Monte de las Cruces, los acechaba el ejército realista al mando del general Torcuato Trujillo. Ahí, los rebeldes conocieron el fuego de la artillería, que les produjo gran cantidad de bajas. También comprendieron que un ejército menos numeroso pero bien disciplinado, podía librarlos de grandes aprietos. Los oficiales insurgentes, especialmente Mariano Abasolo y Mariano Jiménez, lucharon con fiereza y la multitud que los acompañaba consiguió la retirada de los realistas.
Entonces Hidalgo tomó una decisión que sigue siendo discutida. En lugar de seguir el camino a la ciudad de México, se retiró. Algunos creen que lo hizo para evitar que sus huestes cometieran los mismos actos sanguinarios y vandálicos que consumaron en Guanajuato; otros suponen que lo hizo para evitar un mayor número de bajas en su ejército. ¿Cuál habrá sido el motivo?