Pieza
Conspiración en una tertulia literaria en Querétaro
Entre poesía, letras e ideales.
México
Diorama
Tras el golpe de Estado que Gabriel Yermo y un grupo de comerciantes españoles realizaron en rechazo a la propuesta de un gobierno autónomo, los criollos comenzaron a reunirse en tertulias en las que se discutía de política y se comentaban las teorías de pensadores franceses como Rousseau y Diderot. Tal era el caso de las reuniones que el sacerdote José María Sánchez organizaba en su casa, a las cuales asistían, entre otros, el corregidor de Querétaro, Miguel Domínguez, y su esposa, la criolla doña Josefa Ortiz de Domínguez, Miguel Hidalgo y Costilla, cura del pueblo de Dolores, así como los oficiales del ejército Ignacio Allende y Juan Aldama. Para no provocar sospechas, se decía que en las veladas sólo se leía poesía, se comentaban textos literarios y se bebía chocolate en tazas de porcelana china. En febrero de 1810, durante una de esas charlas, se planeó una insurrección que se iniciaría el 2 de octubre de ese mismo año. No obstante, cuando la conspiración fue descubierta por la confesión de un moribundo, el corregidor Miguel Domínguez decidió encerrar a su esposa para protegerla. Ello no impidió que doña Josefa enviara un mensajero para prevenir a Hidalgo y Allende sobre el peligro que corrían.