Víctor Cauduro, artista plástico contemporáneo del siglo XIX. Hay en su obra una sensación de familiaridad con los personajes que llenan sus lienzos. En esta obra muestra la relación profunda entre los habitantes de dos épocas diferentes, en medio de uno vertiginoso cambio de mercancías. La cruz y la espada se Santiago Apóstol enmarcan esta representación.

Una de las características de la Nueva España, y de la sociedad queretana en particular, fue su gran diversidad poblacional. La diferencia racial era indicativa del sistema de castas que prevalecía, en que los españoles peninsulares ocupaban el lugar privilegiado de la pirámide poblacional, y los negros se situaban en el lugar más bajo en la escala social.

No obstante estas diferencias sociales, existían espacios donde todos se reunían en su diario quehacer, al realizar las compras en el mercado, en los paseos por las plazas durante las procesiones para visitar a la Virgen del Pueblito y a la Santa Cruz de los Milagros o al escuchar la misa y tomar la doctrina en la iglesia y conventos. En el mercado se movían una gran cantidad de productos, unos elaborados en la región y otros traídos de lugares distantes. La ubicación de Querétaro en el Camino Real de Tierra Adentro lo obligó a tener una intensiva vida social y económica pues era un sitio de abasto y descanso para los viajeros. En sus plazas, mercados y mesones, se encontraban los lugareños y los fuereños intercambiando mercancías, palabras, ideas e ilusiones.