El más importante de los restos humanos descubierto en la tumba fue el cráneo decorado con mosaicos de turquesa y conchas. Se encontró ya destruido en parte y algunos fragmentos yacían junto a él. Estaba colocado sobre una base de pasta de igual composición que la que se empleó para adherir el mosaico de oro, turquesa, jades y conchas. La base de pasta, sobre la que estaba colocado el cráneo, conserva exteriormente restos de color rojo y tiene una profunda incisión circular, que fue hecha cuando estaba fresca todavía, al ponerla sobre un objeto que tenía un reborde, que quedó de esta manera marcado en la pasta. Este objeto era probablemente de madera o de otro material perecedero, pues no encontramos ningún rastro de él. En la cara superior se ven las huellas que dejó el agujero del occipital que descansaba sobre la base.
El cráneo conservaba adheridos algunos fragmentos de pasta, principalmente en los huesos de la cara, y pequeñas plaquitas de turquesa, pero sobre la pasta quedaron las huellas de otras plaquitas de diversos tamaños. De lado derecho y cubriendo en parte los dientes del maxilar superior, se ven las plaquitas de concha roja que simulaban los dientes y en las órbitas están puestos dos discos de concha con una perforación circular concéntrica. Las órbitas están llenas de pasta formando un cono hacia el interior.
Probablemente estas cavidades circulares fueron cubiertas para figurar la pupila, con los dos discos de concha roja. En el agujero de la nariz tenía insertado un objeto fusiforme de concha blanca que, sin duda, representa un cuchillo de pedernal y es un adorno constante en los cráneos que aparecen representados en los códices mixtecos.