La solución iconográfica de esta obra se basa en las escenas de la Sagrada Familia, pero presenta como innovación las figuras dela Virgen y de san José de pie en la nubes. El santo varón sostiene al Niño, quien extiende sus brazos hacia su madre. En la parte superior y en un rompimiento de Gloria, aparece Dios Padre. Miguel Cabrera pintó en dos medallones a san Joaquín, que viste túnica azul y jubón rojo con cuello de armiño, y a santa Ana, padres de la Virgen. Al lado del medallón donde aparece la santa, se encuentra san Gabriel, quien viste túnica blanca y manto rojo, y sostiene con su mano izquierda una vara de azucenas, en alusión a la pureza de María. En el extremo derecho se encuentra san Estanislao de Kostka, novicio jesuita que viste la sotana negra y sostiene con su brazo derecho el bastón de peregrino, aludiendo al pasaje de su vida en que escapa y es perseguido por su hermano. Un angelillo sostiene otra vara de azucenas, atributo personal del santo. La vara de almendro florida, atributo de san José, aparece en las manos de dos ángeles. A través de un vano, detrás del santo, se aprecian restos de alimentos sobre una mesa, destaca un racimo de uvas y pan, alusión al alimento eucarístico.

La obra pertenece al acervo original del ex colegio jesuita de Tepotzotlán y fue consignado por Pablo C. de Gante. (1)

(1) Pablo C. de Gante, Tepotzotlán, su historia y sus tesoros artísticos, p. 165.