El obispo Palafox y Mendoza fue representado casi un siglo después de su muerte por el pintor Andrés de Islas, (1) artista destacado de mediados del siglo XVIII, probablemente discípulo de Miguel Cabrera.
El personaje aparece sobre un fondo de cortinaje rojo, de cuerpo completo, de tres cuartos, con la mirada hacia el espectador; viste una capa café con esclavina, de la cual asoman las mangas de la sobrepelliz con un discreto encaje, de su cuello cuelga un crucifijo. Con la mano izquierda sostiene un bonete verde, símbolo de su alta jerarquía eclesiástica; en la mano derecha porta un anillo en el dedo meñique, se apoya en un libro que muestra una hoja de papel con textos ilegibles, el libro está, a su vez, sobre una mesa cubierta con tela rosada, donde también se encuentran dos tinteros, uno de ellos con plumas. Acompañan este conjunto tres mitras ornamentadas con piedras preciosas, detrás puede observarse un báculo y una cruz, esta última, al parecer, tallada en madera. Al fondo se aprecia un fragmento de librero en el que destacan algunos títulos, Biblia Sacra Tom I, Concor. Biblior Tom II y Hugo Carden Tom VIII. En la parte superior derecha está representado su escudo de arzobispo.
Esta obra proviene del Museo de Arte Religioso.
(1) Andrés de Islas fue también autor, entre otras, de una de representaciones de la monja jerónima sor Juana Inés de la Cruz, hoy en el Museo de América en Madrid, España.