José Clemente Orozco fue uno de los muralistas mexicanos más reconocidos en la escena nacional e internacional. Su vasta obra se localiza en importantes ciudades como Guadalajara, México o Nueva York. En ella aborda temas propios de la condición humana, tales como la guerra, la religión, la vida en las grandes ciudades, entre otros. La hábil mano de Juan O’Gorman, otro destacado muralista y pintor impulsor de la arquitectura funcionalista, plasma su retrato en esta obra, captando con acierto los rasgos de su rostro y la severidad de su carácter.