Pieza
La visión del carro de fuego
INAH-Mediateca/Enrique Garza
Una noche en que los varones de Asís dormían en una Iglesia de la ciudad, san Francisco decidió salir a orar. En la madrugada,  entró por la puerta un carro de fuego de admirable resplandor que dio tres vueltas al cuarto donde se encontraban descansando los frailes. Sobre el carro se alzaba un globo semejante al sol que iluminaba la oscuridad. Los frailes quedaron atónitos al ver encima a san Francisco quien  ausente de cuerpo pero presente de espíritu tenía el corazón iluminado  con una luz radiante. Los testigos de este hecho lo interpretaron como una muestra de santidad. A partir de este momento la orden se consolidó. Se dice que san Francisco tenía, el don de la ubicuidad, posibilidad sobrenatural para estar en dos lugares al mismo tiempo. 

El carro de fuego tirado por caballos blancos anuncia el triunfo de san Francisco y de la Iglesia sobre la herejía.

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