Pieza
Silbato
Representación de un perro con collar, con la embocadura del silbato en el hocico. Lleva un collar de una banda retorcida, indicando así, que era un animal domesticado.
600-800
Z.A. de Jaina, Hecelchakán
Cerámica
Alto: 8 cm
Ancho: 8 cm
En la religión maya el perro se asocia simbólicamente con los tres estratos del universo, pero se vincula especialmente con el hombre por ser el animal más cercano a él. El perro fue considerado el compañero que sustituye al hombre ante los dioses en el sacrificio, el que lo lleva a su destino final, su antepasado y el héroe cultural que le da el fuego solar y, con él, da pie a la civilización. El perro está en el origen del hombre, en su vida cotidiana y en su muerte.