Lápida de piedra caliza con relieve escultórico y una columna de glifos, que representa al gobernante Kalom ‘Uk‘uw Chan Chak de perfil, portando un tocado en forma de ave sobrenatural, un cetro con la imagen del dios del relámpago, K’awil, con su distintivo pie que se convierte en una serpiente y un escudo circular. Entre los glifos que acompañan su imagen destaca el que da nombre al sitio. El glifo ha sido descifrado como Ch’iy Chan Ti’Ho’, cuya traducción es “Los cinco que crecen en la boca del cielo” (Ch’iy, “crecer”; Chan, “cielo”; Ti’, “boca, abertura, borde”; Ho’, “cinco”).
El nombre del sitio recuerda el concepto de los cuatro cargadores del cielo, cada uno llamado Bacab o Pahuatún, asociado con uno de los rumbos cardinales. En este caso se sumaría una quinta deidad que posiblemente ocupaba el centro, donde la ejecución de rituales por seres humanos solicita la ayuda de los cinco para influir en el comportamiento de la naturaleza para beneficio de la humanidad.
La composición urbana de Dzibilchaltún, nombre con el que se conoce al sitio actualmente, está directamente relacionada con estos conceptos religiosos, ya que cuenta con cinco “caminos blancos” (sacbeob) saliendo de la Plaza Central hacia las direcciones cardinales.