El poder de los gobernantes de Xcalumkín se expresó en una rica ornamentación en bajorrelieve de los principales edificios públicos: inscripciones jeroglíficas con fechas, aves mitológicas y efigies de guerreros y señores (todos en estilo Puuc temprano) adornan las columnas, los pórticos y las fachadas de los cuatro palacios que rodean la plaza central de ese lugar.
Las inscripciones y esculturas que ornamentaban la portada de este edificio, construido a mediados del siglo VIII d.n.e., indican que fue la residencia o casa administrativa de los sajal’ob Yunen Chan y Umam K’a Ohl, quienes posiblemente compartieron el poder político de Xcalumkín con cuatro sajal’ob que ocupaban otros dos palacios de la ciudad. En la estructura política de los territorios mayas del Clásico tardío (600 – 800 d.n.e.), un sajal era un gobernante secundario que ejercía su autoridad dependiendo de un soberano de mayor jerarquía y entre sus funciones tenía las de recolectar los tributos, participar en las guerras y realizar sacrificios. Los dos sajal’ob de esta casa, también tenían el título de ajhu’n, “el del libro”, lo que posiblemente hace referencia a su sabiduría o bien, a su control de los registros administrativos de la ciudad.
Se cree que Xcalumkín dependió de Jaina, al igual que otras ciudades como Xcombek, Xcochá y Cumpich, y fue una ciudad de gran importancia por ser uno de los asentamientos más occidentales de la región Puuc, lo que seguramente le permitió tener acceso tanto a las rutas marítimas como a las que se dirigían al interior de la Península.