Pieza
El observador del cielo
Porta tocado, orejeras, collar y pulseras.
600-800
Norte de Campeche
Piedra caliza
Tallada al alto relieve
Alto: 38 cm
Ancho: 20 cm
La observación directa del cielo y el movimiento de los astros constituían una práctica común entre los habitantes de Mesoamérica desde el año 500 antes de nuestra era, pero los mayas desarrollaron ese conocimiento para registrar y predecir los ciclos de los principales cuerpos celestes. En códices y monumentos dejaron constancia de eclipses, solsticios, equinoccios, fases lunares y el comportamiento de Venus.