Este emblemático elemento arquitectónico, además de resguardar a los visitantes, fue diseñado para enfatizar el respeto por el entorno natural mediante su caída libre de agua. Su monumental estructura superior, que cubre una superficie de 82.06 por 54.42 m, es soportada por cables conectados a los edificios aledaños, y se sitúa entre las "cubiertas colgantes" más grandes del mundo al cubrir un área total de 4,467.5 m2.
Su columna fue revestida en bronce con un relieve escultórico hecho por los hermanos Chávez Morado, cuyo diseño se basó, a su vez, en el concepto y guion de Jaime Torres Bodet. La composición escultórica se titula Imagen de México, y lleva como eje los cuatro puntos cardinales, cada uno interpretado por el pensador del siguiente modo:
Vista al este. Integración de México. Por la costa oriental de México, llegaron las naves españolas de la Conquista. En la base se presenta el pasado prehispánico de México, por medio del águila y del jaguar, que son símbolos del día y la noche. Entre ellos, aparecen la espada de la Conquista y el Sol naciente. En el fuste, la espada penetra en las raíces de una ceiba, símbolo maya de la fundación de los pueblos, que se abre en su sección superior con dos rostros, un ídolo y un español, las cuales constituyen la base principal de nuestro mestizaje. Sobre este símbolo y correspondiendo al capitel, se apoya el águila, emblema nacional del México de hoy.
Vista al oeste. Proyección de México. Esta proyección hacia el mundo se inicia desde nuestras costas occidentales, con la expedición a las Islas Filipinas. Sobre los símbolos prehispánicos de la base, y partiendo de la acostumbrada representación de la firmeza y la amplitud de esa proyección. Sobre la misma ceiba, que se abre con un símbolo de la fisión nuclear, se apoya como capitel, un hombre con los brazos extendidos y la entrañas descubiertas, enmarcado por dos armas de olivo y una paloma para significar que se entrega totalmente a la paz.
Vista al norte y al sur. Lucha del pueblo mexicano por su libertad. En los lados norte y sur se observan tres armas que hieren el cuerpo de la columna –México– y que corresponden a nuestras tres etapas formativas: Independencia, Reforma y Revolución Agraria. El capitel está coronado por formas prehispánicas, que simbolizan el cielo. La composición basada en los cuatro puntos cardinales se liga con las viguetas de acero que en forma radial sostienen la cubierta monumental y contribuyen a dar la impresión final de universalidad de la cultura mexicana.
Debajo del patio y de las estructuras mencionadas subyace otro mundo más: 15 mil m2 accondicionados para el área de servicios educativos, talleres, oficinas, laboratorios, espacios de investigación, almanaques y anexos que día con día, durante décadas, han puesto en marcha la vida del recinto.