Ubicada en el interior de la fortaleza y construida para la defensa de la cortina norte, esta obra defensiva bordeaba uno de los lados de la Plaza de Armas. Formó parte del conjunto de obras realizadas para mejorar la defensa del fuerte ante un posible ataque inglés, amenaza presente después de la toma de La Habana por los británicos en 1762. Durante la época en la cual se alojó en Ulúa el Arsenal Nacional, en estos espacios existieron los talleres de fundición: la cortadura con sus arcos hoy forma parte de los atractivos del Museo.
A lo largo de la historia el Museo Fuerte San Juan de Ulúa tuvo varias funciones, entre ellas la de presidio. Aun cuando en los espacios del monumento el presidio compartió simultaneidad con la época del Arsenal Nacional, la zona del Revellín de San José se caracteriza por haber sido utilizada como cárcel.