Espacio
Refectorio
A este espacio acudían las religiosas a ‘reparar’ su cuerpo y espíritu. Antes de ingresar al recinto, debían limpiar su cuerpo al lavarse las manos en una palangana que se encontraba a la entrada del refectorio, y el espíritu, por medio de la meditación. Mientras Profesas y Novicias alimentaban su cuerpo, la Priora elegía a una Hermana para que leyera pasajes de la Biblia o la biografía de algún santo en voz alta.