Colección de pinturas al óleo sobre la vida de san Ignacio de Loyola, con formato dispuesto en arcos de medio punto, realizadas por el pintor novohispano Miguel Cabrera, artista predilecto de la Compañía de Jesús en la Nueva España a mediados del siglo XVIII.
El conjunto de lienzos destaca la importancia que tuvieron los jesuitas en la formación de las élites criollas de la Nueva España y de Querétaro. Influyeron en la formación de una identidad y una mentalidad propia de los criollos, y así contribuyeron a sentar las bases para que se construyera una idea de patria americana.