La superficie brillante de la cerámica Plumbate o plomiza ha cautivado a investigadores y viajeros desde el siglo XIX, como Dupaix, Catherwood o Seler. Actualmente sabemos que esta cerámica proviene del Soconusco chiapaneco-guatelmateco, aunque aún se especula la identidad de sus productores.
La loza Plumbate presenta jarras y vasijas efigies de dioses, humanos y animales, destacando los jaguares, los cánidos, las aves o dioses como Tláloc y se ha relacionado con el apogeo del Estado tolteca (900-1200 d.C.). Asimismo, se ha propuesto que el Soconusco fungió como una provincia tolteca, siendo los pipiles los probables productores del Tohil Plumbate.