Esta exposición, exhibida en el Ex Convento de San Juan Evangelista del 9 de septiembre al 28 de octubre de 2001, fue producto de la participación de un sector representativo de la comunidad. Se integró con testimonios y objetos que prueban la importancia histórica que ha tenido esta actividad en el pueblo.
Las entrevistas realizadas nos enseñaron que, a diferencia de los estereotipos que poblaron la época de oro del cine nacional, ser charro en Culhuacán implica la participación familiar, un modo de vida y un sistema de valores, condiciones que no siempre están sujetas al factor económico. El acercamiento a dicha actividad permite entender que los charros siguen trabajando duro, y que han logrado que la tradición persista y trascienda, puesto que han brillado constantemente en el panorama nacional.