En 1908, el ingeniero Manuel Stampa construyó para su familia esta hermosa residencia porfiriana, aunque tuvo que abandonarla en febrero de 1913 mientras ocurrían los sucesos de la Decena Trágica. Fue ocupada en ese momento por el general Felipe Ángeles —recién llegado de Cuernavaca— como cuartel de las fuerzas federales a su mando, en vista de que se ubicaba cerca de la estación ferrocarrilera Colonia, y con toda la intención de Ángeles de defender al presidente Madero, lo que le impidió el general Victoriano Huerta, su superior, el cual estaba ya decidido a perpetrar su traición, con acuerdo y connivencia de los generales Bernardo Reyes, Manuel Mondragón y Félix Díaz y del embajador de Estados Unidos Henry Lane Wilson. Estalló la Revolución Constitucionalista, derribó a Huerta; estalló la Lucha de Facciones entre carrancistas contra zapatistas y villistas (entre ellos, Felipe Ángeles), y cuando los villistas, cerca de su derrota, desalojaron la capital en 1915, la familia Stampa regresó a la casa y vivió en ella hasta 1918. Para noviembre del año siguiente, el presidente Venustiano Carranza la rentó y la habitó por seis meses, hasta antes de evacuar la ciudad de México ante la rebelión de Agua Prieta de los generales Plutarco Elías Calles, Adolfo de la Huerta y Álvaro Obregón; Carranza buscaba situar los poderes en Veracruz, pero acabó asesinado en Tlaxcalantongo el 21 de mayo de 1920. El cuerpo de Carranza fue traído días después a esta casa. Finalmente, los militares Juan Barragán y Paulino Fontes adquirieron el predio y se lo cedieron a Julia Carranza, hija del ex presidente.
Tiempo después se rentó a las embajadas de Francia, y más adelante a la de El Salvador. Posteriormente se acondicionó como oficina de la Asociación de Diputados Constituyentes de 1917, Biblioteca-Hemeroteca (con diarios de 1914 a 1922 y con el Plan de Guadalupe original) y Museo Histórico de la Constitución y Leyes Constitucionales. En 1961 se transformó en el museo actual, cuya pieza más valiosa es la casa en sí, con sus pisos de madera auténticos, un domo y vitrales pintados a mano y unidos con plomo, así como estucados de yeso y un bello arbotante en medio del vestíbulo. En febrero de 1993 pasó a formar parte de la red de museos del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Durante el recorrido por las 14 salas de exposición continua, el visitante puede apreciar las cerca de 3,400 piezas de que consta el acervo, entre objetos, libros, fotografías, mobiliario de época y artículos personales del Varón de Cuatro Ciénegas. En la planta baja están ambientados los espacios correspondientes al vestíbulo, la antesala, la sala (donde se velaron los restos del prócer asesinado), el comedor y la cocina, más una galería con óleos de Gerardo Murillo el “Dr. Atl", Salvador R. Guzmán y Jorge González Camarena, y un pequeño auditorio donde se dictan conferencias y se celebran actos académicos. En la planta alta se aprecian las recámaras, la biblioteca y las llamadas salas históricas, tres espacios donde estuvieron el costurero y las recámaras para visitas; en ellas se narra la vida familiar y la trayectoria política de Carranza, con énfasis en su gran herencia: la promulgación de la Constitución de 1917.
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