La llamada “coraza de Tula” se recuperó en la Sala 2 del Palacio Quemado. Formaba parte de una compleja ofrenda ritual que incluía materiales marinos, como conchas, caracoles y corales. Está elaborada con cientos de placas rectangulares hechas de conchas marinas y rematadas con caracoles del género Olivella; fue depositada en una caja de adobe con pigmentos amarillos. Sin lugar a dudas, este chaleco-coraza sólo pudo ser usado por las élites toltecas, pues incluso se encuentra representado en algunos personajes míticos, como Tláloc.