En 1812, Morelos y sus tropas resistieron durante más de dos meses el acoso de los realistas en Cuautla, un poblado de la tierra caliente cercano a Cuernavaca. Pasaron hambres y hasta llegaron a quedarse sin agua; sin embargo, debido a que los soldados de Morelos estaban bien entrenados y tenían una mejor disciplina, pudieron soportar y romper el sitio. Un grupo de insurrectos, al mando de Hermenegildo Galeana, consiguió reconquistar la fuente que los abastecía del líquido vital.
Desde la Plaza de San Diego, en la parte más elevada de Cuautla, José María Morelos podía divisar todo el poblado así como los movimientos del ejército realista, comandado por Félix María Calleja del Rey. Los realistas atacaron a los insurgentes con todos los medios a su alcance, y al fin, se adueñaron de Cuautla, gastando muchos recursos en la empresa. Sin embargo, Morelos y sus hombres no cayeron prisioneros; la noche del 2 de mayo de 1812 abandonaron la ciudad, perdiendo sólo los cañones y unos cuantos hombres.