Cuenta la Tradición que: “Entrando en consejo sobre el caso a todos los sacerdotes les pareció tan grave que María quisiese conservarse pura, que en razón de ello y por gravedad del asunto se consultó a Dios. Así lo hizo el Sumo Sacerdote, y a deshora salió del propiciatorio [se refiere a un pequeño templo de oración o a un reclinatorio] una voz, que oyéndola todos, dijo que había la Virgen de ser desposada con un varón del linaje de David, que trayendo una vara en la mano floreciese, según la profecía de Isaías[…] al juntarse todos los mancebos en el templo, con varas en las manos, entre todas floreció la de José, viniendo una paloma por el aire que se sentó sobre la flor que había brotado de la vara”. 

En la pintura se observa al sumo sacerdote que bendice a María y José en un gesto simbólico de la unión conyugal uniendo sus manos.