Estas esculturas se encontraron apoyadas sobre la escalinata principal del Templo Mayor, en la etapa III (1431); lo anterior indica que fueron depositadas a manera de ofrenda por los mexicas cuando emprendieron la construcción de la etapa IV, fechada hacia 1454, época en que Tenochtitlan era gobernada por Motecuhzoma Ilhuicamina o Motecuhzoma I.
Varias de ellas pertenecen al tipo conocido como “portaestandarte”, ya que tienen una de sus manos en posición para sostener un asta. Al mismo tiempo, son las que presentan una cavidad en el pecho, la cual seguramente servía para alojar una piedra verde como corazón simbólico; de hecho, una de ellas aún la tiene. Es posible que originalmente se encontraran custodiando los templos que coronaban el edificio.