Fragmento del mural policromado que se encontró fracturado al interior del pasillo de la estructura IX, en la Plaza Columnas. Representa la cara de un gobernante-dios. El modelado en estuco fue una técnica escultórica empleada con frecuencia en el área maya durante el Clásico. Esta figura antropomorfa destaca por la pintura que conserva, que es un ejemplo de la colorida decoración con la que se adornaban los edificios. Negro, rojo, ocre y azul se emplearon para detallar al personaje tanto en los elementos físicos (pupilas, párpados, cejas, labios, cabello) como en la indumentaria (pintura facial, orejeras y prendas de vestir).