SINAFO
Ignacio López Bocanegra, más conocido como Nacho López, es uno de los creadores de imágenes más poderosos de Latinoamérica, que se dedicó a registrar la experiencia de vida de sus contemporáneos, situando la emotividad, el humor y el ingenio como fundamentos del valor testimonial, al tiempo que como detonadores de la posibilidad de asumir la fotografía como un arma de doble filo, que permite la disección de una sociedad y la disección autobiográfica del fotógrafo. “Cualquier fotografía es, por principio, un sustituto, un fetiche que por su origen ambiguo (objeto en sí mismo que siempre se refiere a otro) puede verse limitada en su capacidad de comunicar, si carece del potencial que le otorga una mirada capaz de sobreponer un sentido imaginario a una realidad determinada. Alguna vez Nacho López expresó que ‘la fotografía como objeto de arte aún no adorna las paredes, mientras haga patente la crueldad ancestral del hombre sobre el hombre, o la grandeza de su amor por las cosas y los seres cotidianos’. De esta pericia para interpretar libremente los testimonios de su obra, depende la posibilidad de hacer a un lado el fetiche para dar lugar al asombro que guarda cada fracción de segundo contenida en sus imágenes.