Frida Kahlo y sus mundos presentó un enfoque único sobre el arte de una de las creadoras más relevantes del siglo XX, pues examina su obra a la luz de las influencias del arte popular, la pintura del XIX y principios del XX, la fotografía y el arte prehispánico. Además, la muestra colocó a la artista en el trasfondo del renacimiento artístico del México posrevolucionario, al establecer relaciones con sus contemporáneos y discípulos. La exposición estuvo integrada por alrededor de 300 objetos, entre pintura, escultura, grabado, indumentaria y cerámica, de las cuales 49 son creaciones de la artista. Esta muestra pretendió ser una puerta al universo de la artista con la intención de acercar al espectador a su obra al descifrar sus códigos como ella los conformó, a partir de objetos de diversa índole y origen, cuyos valores artísticos fueron percibidos por su gran sensibilidad, aun antes de su incorporación al gusto colectivo.