Sala / Tema
Los mayas, un pueblo en la historia
Durante más de dos mil años (desde 500 a.C. hasta la llegada de los conquistadores españoles) los antiguos mayas alcanzaron logros extraordinarios en arquitectura y urbanismo, arte, escritura y conocimientos científicos, los cuales compartieron con otras culturas mesoamericanas. Asentados en un entorno ambiental diverso y generoso, pero a veces hostil e impredecible, desarrollaron técnicas agrícolas y de manejo de la naturaleza que les permitieron mantener enormes ciudades con miles de habitantes.
La construcción del mundo maya
El área maya estuvo habitada casi tres mil años antes del surgimiento de esta civilización. Hacia 2500 a.C. sus pobladores vivían en pequeños campamentos desde donde salían a cazar, pescar o recolectar alimentos y materiales para sus casas y herramientas. Entre 1000 y 2000 a.C. se desarrollaron en Mesoamérica las primeras sociedades complejas, es decir, estratificadas, en las que un grupo reducido tenía el poder político, militar y religioso, mientras que el resto se dedicaba al trabajo agrícola y artesanal.
La escritura: mensajes políticos y mensajes divinos
La escritura maya surgió de la necesidad de registrar acontecimientos y fechas relacionados con la genealogía, la historia, los logros y los triunfos militares de sus gobernantes, así como para narrar las ceremonias de consagración.
El calendario y la astronomía: su obsesión por el tiempo
Los mayas observaron cuidadosamente los ciclos meteorológicos y astronómicos y crearon un calendario preciso. Además de regir la agricultura, les permitió anticipar eventos astronómicos, los cuales relacionaron con seres sobrenaturales. Los sacerdotes encargados del calendario (aj k’inob) organizaban las ceremonias para preservar la armonía entre humanos y fuerzas de la naturaleza.
Política y poder
Por más de dos mil años el área maya no tuvo un centro político que dominara la región, sino numerosos territorios independientes, con fronteras flexibles, gobernados por un rey divino (el ajaw de los primeros linajes, el k’uhul ajaw de los grandes centros políticos o el halach uinik de los tiempos cercanos a la Conquista). Territorios como Tikal, Palenque o Copán diferían en extensión, riqueza y fortaleza. El señor divino y su familia controlaban la vida económica y social del reino, así como el destino de los gobernados.
La guerra: control y dominio
Para los mayas la guerra era una práctica habitual que permitía a los señores divinos, k’uhul ajaw, incrementar y mantener el poder frente a sus rivales. Estelas, altares, pinturas murales y cerámica dan cuenta de sangrientas batallas y crueles castigos impuestos a los derrotados. Algunas contiendas se relacionaban con Venus, personificado en el guerrero celestial Chak Ek’, “gran estrella”. Las deidades protectoras de cada rey también eran sometidas mediante la destrucción de sus imágenes en el enfrentamiento o cuando el soberano, ataviado como dios, era vencido. La toma de cautivos era muy reconocida, más aún si eran nobles. Los prisioneros eran conducidos a la ciudad vencedora, donde los humillaban en público, torturaban y, en ocasiones, sacrificaban para beneplácito de las deidades.
Desarrollo y colapso de las ciudades mayas: una sociedad en permanente transición
A lo largo de su historia, la cultura maya atestiguó el ascenso, gloria y caída de diversos reinos y gobernantes. En general, el colapso de una ciudad era un largo proceso que abarcaba décadas de crisis social y política.
De la subsistencia al intercambio
El desarrollo de técnicas agrícolas eficientes resultó fundamental para el crecimiento de las ciudades mayas y el empoderamiento de sus reyes divinos. Para el año 100 a.C. ciudades como Tikal, El Mirador o Ichkabal habían desarrollado los patrones de producción, adquisición y distribución de recursos alimenticios que permitieron abastecer a la población y desarrollar grandes proyectos arquitectónicos.
El paisaje construido: la arquitectura en las ciudades mayas
La arquitectura maya se caracterizó por su amplia gama de estilos. En épocas tempranas los edificios se hicieron con materiales perecederos, sobre todo de madera y palma. Pronto se construyeron sólidas estructuras de piedra, material disponible en todas las regiones que resistía las difíciles condiciones ambientales y el paso del tiempo. Así, tanto las viejas casas como los antiguos palacios y templos quedaron cubiertos por otros más grandes, renovados según la tendencia arquitectónica de cada región.
Los hombres y la vida cotidiana
Los campesinos y artesanos mayas llevaban una existencia dura desde la infancia: muchos morían antes de concluir la niñez y aquellos que sobrevivían enfrentaban condiciones de vida rigurosas. Los restos humanos encontrados en el área maya muestran que las mujeres sufrían desgastes óseos en la espalda por el uso del metate, en tanto que los hombres padecían fracturas, osteoartritis y males asociados con largas caminatas y años dedicados a la pesca o siembra.
La muerte, extinción del aliento
Para los mayas, como para el resto de las culturas, la muerte estaba rodeada de rituales y ceremonias relacionadas con el estatus de quien dejaba el mundo terrenal. La expresión maya para la muerte era cham, “morir”. Al dejar el cuerpo, se extinguía el aliento vital y el muerto iba al ‘och b’ih, es decir, al camino de la muerte.
Las ideas mayas del mundo y el universo
La estrecha relación que los antiguos mayas establecieron con el mundo y las divinidades tenía lugar en un tiempo cíclico. Esta concepción explicaba la existencia de mundos anteriores creados y destruidos por las propias deidades; los seres humanos y su mundo eran obras divinas, pero imperfectas, y por ello estaban obligados a venerar a sus padres.
Los seres sobrenaturales
La vida de los mayas era acompañada, en todo momento, por un conjunto de seres sobrenaturales, similares a los hombres y con sentimientos. Cada uno tenía su propia esencia y atributos, pero en ocasiones se fusionaba con otro ser.
El juego de pelota: una guerra sagrada
El juego de pelota era un ritual asociado con la perpetuación del poder real y la comunicación con el otro mundo; evocaba los mitos sobre la creación y simbolizaba el enfrentamiento del inframundo con el mundo superior. Era el lugar donde el tiempo se regeneraba mediante el juego y la muerte ritual de los cautivos.
La conquista española
El encuentro de los navegantes europeos con los pueblos mayas y las consecuentes campañas de conquista cambiaron para siempre su geografía política. En el siglo XVI las familias mayas nobles que gobernaban las kuchkabalo’ob tuvieron que ceder el poder a los españoles.
Durante más de dos mil años (desde 500 a.C. hasta la llegada de los conquistadores españoles) los antiguos mayas alcanzaron logros extraordinarios en arquitectura y urbanismo, arte, escritura y conocimientos científicos, los cuales compartieron con otras culturas mesoamericanas. Asentados en un entorno ambiental diverso y generoso, pero a veces hostil e impredecible, desarrollaron técnicas agrícolas y de manejo de la naturaleza que les permitieron mantener enormes ciudades con miles de habitantes.
La construcción del mundo maya
El área maya estuvo habitada casi tres mil años antes del surgimiento de esta civilización. Hacia 2500 a.C. sus pobladores vivían en pequeños campamentos desde donde salían a cazar, pescar o recolectar alimentos y materiales para sus casas y herramientas. Entre 1000 y 2000 a.C. se desarrollaron en Mesoamérica las primeras sociedades complejas, es decir, estratificadas, en las que un grupo reducido tenía el poder político, militar y religioso, mientras que el resto se dedicaba al trabajo agrícola y artesanal.
La escritura: mensajes políticos y mensajes divinos
La escritura maya surgió de la necesidad de registrar acontecimientos y fechas relacionados con la genealogía, la historia, los logros y los triunfos militares de sus gobernantes, así como para narrar las ceremonias de consagración.
El calendario y la astronomía: su obsesión por el tiempo
Los mayas observaron cuidadosamente los ciclos meteorológicos y astronómicos y crearon un calendario preciso. Además de regir la agricultura, les permitió anticipar eventos astronómicos, los cuales relacionaron con seres sobrenaturales. Los sacerdotes encargados del calendario (aj k’inob) organizaban las ceremonias para preservar la armonía entre humanos y fuerzas de la naturaleza.
Política y poder
Por más de dos mil años el área maya no tuvo un centro político que dominara la región, sino numerosos territorios independientes, con fronteras flexibles, gobernados por un rey divino (el ajaw de los primeros linajes, el k’uhul ajaw de los grandes centros políticos o el halach uinik de los tiempos cercanos a la Conquista). Territorios como Tikal, Palenque o Copán diferían en extensión, riqueza y fortaleza. El señor divino y su familia controlaban la vida económica y social del reino, así como el destino de los gobernados.
La guerra: control y dominio
Para los mayas la guerra era una práctica habitual que permitía a los señores divinos, k’uhul ajaw, incrementar y mantener el poder frente a sus rivales. Estelas, altares, pinturas murales y cerámica dan cuenta de sangrientas batallas y crueles castigos impuestos a los derrotados. Algunas contiendas se relacionaban con Venus, personificado en el guerrero celestial Chak Ek’, “gran estrella”. Las deidades protectoras de cada rey también eran sometidas mediante la destrucción de sus imágenes en el enfrentamiento o cuando el soberano, ataviado como dios, era vencido. La toma de cautivos era muy reconocida, más aún si eran nobles. Los prisioneros eran conducidos a la ciudad vencedora, donde los humillaban en público, torturaban y, en ocasiones, sacrificaban para beneplácito de las deidades.
Desarrollo y colapso de las ciudades mayas: una sociedad en permanente transición
A lo largo de su historia, la cultura maya atestiguó el ascenso, gloria y caída de diversos reinos y gobernantes. En general, el colapso de una ciudad era un largo proceso que abarcaba décadas de crisis social y política.
De la subsistencia al intercambio
El desarrollo de técnicas agrícolas eficientes resultó fundamental para el crecimiento de las ciudades mayas y el empoderamiento de sus reyes divinos. Para el año 100 a.C. ciudades como Tikal, El Mirador o Ichkabal habían desarrollado los patrones de producción, adquisición y distribución de recursos alimenticios que permitieron abastecer a la población y desarrollar grandes proyectos arquitectónicos.
El paisaje construido: la arquitectura en las ciudades mayas
La arquitectura maya se caracterizó por su amplia gama de estilos. En épocas tempranas los edificios se hicieron con materiales perecederos, sobre todo de madera y palma. Pronto se construyeron sólidas estructuras de piedra, material disponible en todas las regiones que resistía las difíciles condiciones ambientales y el paso del tiempo. Así, tanto las viejas casas como los antiguos palacios y templos quedaron cubiertos por otros más grandes, renovados según la tendencia arquitectónica de cada región.
Los hombres y la vida cotidiana
Los campesinos y artesanos mayas llevaban una existencia dura desde la infancia: muchos morían antes de concluir la niñez y aquellos que sobrevivían enfrentaban condiciones de vida rigurosas. Los restos humanos encontrados en el área maya muestran que las mujeres sufrían desgastes óseos en la espalda por el uso del metate, en tanto que los hombres padecían fracturas, osteoartritis y males asociados con largas caminatas y años dedicados a la pesca o siembra.
La muerte, extinción del aliento
Para los mayas, como para el resto de las culturas, la muerte estaba rodeada de rituales y ceremonias relacionadas con el estatus de quien dejaba el mundo terrenal. La expresión maya para la muerte era cham, “morir”. Al dejar el cuerpo, se extinguía el aliento vital y el muerto iba al ‘och b’ih, es decir, al camino de la muerte.
Las ideas mayas del mundo y el universo
La estrecha relación que los antiguos mayas establecieron con el mundo y las divinidades tenía lugar en un tiempo cíclico. Esta concepción explicaba la existencia de mundos anteriores creados y destruidos por las propias deidades; los seres humanos y su mundo eran obras divinas, pero imperfectas, y por ello estaban obligados a venerar a sus padres.
Los seres sobrenaturales
La vida de los mayas era acompañada, en todo momento, por un conjunto de seres sobrenaturales, similares a los hombres y con sentimientos. Cada uno tenía su propia esencia y atributos, pero en ocasiones se fusionaba con otro ser.
El juego de pelota: una guerra sagrada
El juego de pelota era un ritual asociado con la perpetuación del poder real y la comunicación con el otro mundo; evocaba los mitos sobre la creación y simbolizaba el enfrentamiento del inframundo con el mundo superior. Era el lugar donde el tiempo se regeneraba mediante el juego y la muerte ritual de los cautivos.
La conquista española
El encuentro de los navegantes europeos con los pueblos mayas y las consecuentes campañas de conquista cambiaron para siempre su geografía política. En el siglo XVI las familias mayas nobles que gobernaban las kuchkabalo’ob tuvieron que ceder el poder a los españoles.