Muestra el rompimiento de la historia tarasca, comenzando con la cosmovisión y los presagios del final de su mundo; la conquista española y con ella, la creación de un nuevo modelo territorial. Se plantea la indispensable fundación de pueblos, villas y ciudades, de la mano siempre de las congregaciones y la evangelización, proceso fundamental para entender cómo se colonizó Michoacán.
El paisaje de la cuenca lacustre de Pátzcuaro, rodeada de volcanes y con frecuente sismicidad, sin duda marcó la vida de los habitantes del "señorío" tarasco. Sus dioses más importantes encarnaban la naturaleza, el sol, la luna, los montes, el mar y las lagunas. La entrada del ejército español a estas tierras, en 1522, desencadenó una serie de procesos históricos, políticos y culturales que modificaron profundamente la realidad de la región.
La Relación de Michoacán describe los augurios que precedieron el arribo español. Con sueños premonitorios, lluvia de cometas, temblores de tierra y resquebrajamiento de los templos, los antiguos dioses "advertían" que "todo ha de quedar desierto porque ya vienen otros hombres a la tierra..."
Y los presagios se cumplieron. Los soldados españoles emprendieron la ocupación del territorio tarasco, la destrucción de los objetos y sitios ceremoniales, la búsqueda de tesoros y el sometimiento de la población. El territorio del señorío y sus recursos se distribuyeron entre los españoles como encomiendas. Poco después llegaron los primeros evangelizadores y los colonos; su presencia no fue menos impactante: la población indígena quedó congregada, se establecieron pequeñas empresas agrícolas y ganaderas y se emprendió la búsqueda de minerales y su explotación, con lo que se modificó en definitiva el paisaje de la provincia.
La llegada de los españoles a América y, en particular, a Michoacán constituyó un violento choque de dos universos culturales. El asesinato del último cazonci tarasco, Tzitzincha Tangaxoan, a manos del capitán español Nuño de Guzmán, ilustra la magnitud de la colisión, fenómeno que daría origen a un nuevo universo: el novohispano.