La cosmovisión es la manera en que los grupos humanos interpretan y dan sentido a su entorno. Los mayas concibieron su cosmos dividido en tres planos -cielo, tierra e inframundo-, con cuatro rumbos y un centro u origen. El cielo tenía trece capas superpuestas gobernadas por Itzamnaaj y los Oxlahuntikú y era la morada del Sol, la Luna y los astros del firmamento.
La tierra era el mundo ocupado por la humanidad y lo representaron con el dorso de un cocodrilo o una tortuga. El inframundo o Xibalbá, con nueve niveles, era la morada de los Bolontikú, gobernado por Ah Puch o Yum Kimil, Señor de la Muerte. La ceiba, árbol sagrado de los mayas, atraviesa y comunica los tres planos y se yergue como el centro del cosmos maya. Creían también en la existencia de pares opuestos, complementarios e inseparables, que constituyen la esencia de todo: vida y muerte, masculino y femenino, luz y oscuridad, entre otros.
Sala / Tema
Cosmovisión