Pieza
Última cena
de Vera, Juan
1618
Óleo sobre tela


Alto: 176 cm
Ancho: 422 cm

Última cena
INAH-Museo Nacional del Virreinato

"Y vino el día de los ázimos, en el cual era necesario sacrificar la pascua... Y envió a Pedro y a Juan, diciendo: Id, aparejadnos la pascua para que comamos... cuando entréis en la ciudad, os encontrará un hombre que lleva un cántaro de agua: seguidle hasta la casa donde entrare... Y decid al padre de la familia de la casa: El maestro te dice: ¿Dónde está el aposento donde tengo de comer la pascua con mis discípulos?... él os mostrará un gran cenáculo aderezado... Fueron pues y hallaron lo que les había dicho; y aparejaron la pascua" (Lucas XXII, 7-13).

La cena de pascua ha sido celebrada por los judíos desde que obtuvieron la liberación de los egipcios, y la pascua celebrada por Jesucristo es una prefigura de su sacrificio.

Otros pasajes de la Biblia que hacen alusión al sacrificio de Cristo son cuando Melquisedec ofrece pan y vino a Abraham (Génesis XIV, 18-20, Salmo 10), así como el sacrificio del carnero que Abel hace al Señor y posteriormente el derramamiento de su sangre inocente (Génesis IV). Es así como la Última Cena viene a ser la culminación de muchos sacrificios.

La historia bíblica nos relata tres momentos importantes durante la Última Cena: mientras comen el cordero y Jesús les dice que alguno será traidor; cuando reparte un trozo de pan a cada uno diciéndoles: "Este es mi cuerpo"; y al tomar el vino y decir: "Haced esto en memoria mía", quedando con esto instituido el Sacramento de la Eucaristía.

Esta obra presenta innovaciones como la incorporación de un mueble que exhibe objetos de plata. El sirviente vestido a la usanza del siglo XVII se dispone a servir frutas como granadas -aluden a la iglesia a causa de la unidad interior de sus incontables semillas en un solo fruto-, higos, cerezas -podrían evocar la dulzura de carácter proveniente de las buenas acciones-, uvas -representan la sangre de Cristo- y melones, que son una fuente de esperanza por el agua que contienen.

Este cuadro está pintado sobre un brocado y no sobre lino crudo como lo señalan las ordenanzas del gremio de pintores.

Obra consignada por Manuel Toussaint, ingresó al Museo de Tepotzotlán en 1970. (1)

(1) Manuel Toussaint, Pintura colonial en México, pp. 83-84.

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