Este mural se divide de manera natural por la escalinata de acceso: La primer parte “La revolución en Guerrero”, narra la lucha contra la dictadura porfirista y las reivindicaciones populares; enaltece a los líderes revolucionarios nacionales, sus demandas, así como hombres y mujeres del pueblo preparándose para la lucha. Las escenas de la masacre del pueblo a manos del ejército no han faltado bajo el amparo de Porfirio Díaz y sus colaboradores, sin embargo también han quedado representadas las obras públicas que hasta hoy son un icono del país. En la escena aparece Victoriano Huerta con una mano en forma de garra que sostiene un arma que apunta a un niño ayudado por una mujer, posiblemente la patria. Por último la muerte de Emiliano Zapata rodeado por revolucionarios y mujeres que le lloran, acompañadas de dos calaveras que entonan corridos, muy utilizadas por ilustradores de la época y retomadas por los muralistas.

En la segunda parte el pintor concluye la historia con el mural “Guerrero al triunfo de la revolución”, en el que se visualizan escenas referentes al Guerrero rural y urbano representado por una pareja que muestra los frutos del trabajo, después una mujer enarbola la bandera Nacional que abarca las dos escenas siguientes, abajo, personajes trabajando en actividades ganaderas y agrícolas en el campo y en el área urbana los oficios y profesiones sin negar también la presencia de la miseria. Por último el autor presenta la bahía de Acapulco acechada por la ambición, la contaminación y la muerte, representado por un hombre con la cabeza llena de dinero expresando ser infalible, sin embargo este personaje es detenido por otro que muestra las leyes en su mano, que permitirá el disfrute de propios y visitantes con el baile de la chilena parte del folclor guerrerense.