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La Cultura Serrana (La Sierra Gorda)
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Entrevista con Alberto Herrera Muñoz y Elizabeth Mejía Pérez sobre La cultura Serrana (la Sierra Gorda), los sitios arqueológicos de Ranas y Toluquilla.
El Proyecto Toluquilla surge en 1994, su primera temporada se realizó en 1994 y se puede dividir en tres etapas. En la primera, que va de 1996 a 1999 el INAH coloca a Toluquilla dentro de un paquete de 10 proyectos especiales, y eso significó que se recibieron recursos extraordinarios para investigación, además de que se compró el predio. Gracias al Fondo Nacional Arqueológico se financió la aplicación de métodos geofísicos para analizar las cuatro canchas de juego de pelota y guiar su excavación; datar por carbono 14 en Miami, Estados Unidos, datar 26 muestras de obsidiana y determinar su procedencia. La segunda etapa va de 2001 a 2005, cuando ya sin dinero privado y con financiamiento del INAH recurrimos al trabajo de alumnos, para la excavación dentro de las habitaciones, así como 20 entierros y unos 200 esqueletos, para después -en 2006 y 2007- analizar 30 y conocer la presencia de 11 metales. En esta etapa participaron unos 50 alumnos –arqueólogo, antropólogos físicos, antropólogos y arquitectos- de la ENAH; las Universidades Autónomas de Guadalajara, de Zacatecas, de Querétaro y del Instituto Tecnológico de Querétaro.
El Proyecto Toluquilla surge en 1994, su primera temporada se realizó en 1994 y se puede dividir en tres etapas. En la primera, que va de 1996 a 1999 el INAH coloca a Toluquilla dentro de un paquete de 10 proyectos especiales, y eso significó que se recibieron recursos extraordinarios para investigación, además de que se compró el predio. Gracias al Fondo Nacional Arqueológico se financió la aplicación de métodos geofísicos para analizar las cuatro canchas de juego de pelota y guiar su excavación; datar por carbono 14 en Miami, Estados Unidos, datar 26 muestras de obsidiana y determinar su procedencia. La segunda etapa va de 2001 a 2005, cuando ya sin dinero privado y con financiamiento del INAH recurrimos al trabajo de alumnos, para la excavación dentro de las habitaciones, así como 20 entierros y unos 200 esqueletos, para después -en 2006 y 2007- analizar 30 y conocer la presencia de 11 metales. En esta etapa participaron unos 50 alumnos –arqueólogo, antropólogos físicos, antropólogos y arquitectos- de la ENAH; las Universidades Autónomas de Guadalajara, de Zacatecas, de Querétaro y del Instituto Tecnológico de Querétaro.