Shinto, la senda de los dioses
El conjunto de creencias y tradiciones nativas, entre ellas la veneración a los ancestros, a seres mitológicos e históricos y a fenómenos naturales, se conoce como shinto. Las deidades son denominadas kami, término que incluye a una amplia gama de seres animados e inanimados que, por tener poderes extraordinarios, son concebidos como sagrados.
Los santuarios shintoistas son construcciones sencillas, donde el entorno natural forma parte del recinto; su entrada está señalada por una característica estructura llamada torii, un arco constituido por un par de travesaños paralelos apoyados sobre dos columnas. En ellos se celebran festivales anuales y ceremonias del ciclo de vida y del agrícola. Los campesinos acostumbran elaborar figuras de animales asociados con el cultivo del arroz como ofrendas para pedir o agradecer una buena cosecha.
Otra tradición es colgar tablillas votivas de madera –ema–, en templos y santuarios para pedir un deseo, agradecer o venerar a la deidad local. Originalmente ilustraban caballos –ma– mensajeros de las plegarias a los dioses; pero hay además una gran variedad de motivos acordes con los propósitos de los creyentes, como Fujin – Dios del Viento- y Raijin - Dios del Trueno rodeado de tambores.
Ceremonia nupcial tradicional
En general, la ceremonia nupcial tradicional corresponde a la de la religión nativa, shinto, y su principal rito es el brindis denominado san-san-kudo o “tres veces tres intercambios de cuencos”. Primero, los novios brindan con vino de arroz, sake, para luego hacerlo con sus progenitores, acto que representa la unión de ambas familias.
El atuendo tradicional de la novia consta de varios kimonos:
Shiromuku: en seda de diferentes tonalidades de blanco, color que alude a la pureza, elegancia y nuevo inicio.
Irouchikake o sobretodo: bordado con hilos de seda rojos y dorados, símbolos de felicidad; ornamentado con motivos de grullas, emblemas de larga vida.
Furisode: kimono de mangas muy amplias y largas, normalmente usado por las solteras. A partir de la boda, el kimono será de mangas más cortas, distintivo de las mujeres casadas.
Atuendo de novia
Kimono de largas y amplias mangas –furisode– usado debajo del irouchikake o sobretodo, ornamentado con grullas, emblemas de larga vida y felicidad.
Atuendo tradicional
El término kimono, literalmente “cosa de vestir”, es el más conocido para referirse al atuendo tradicional masculino y femenino. Sin embargo, el de las mujeres es extremadamente variado y tiene nombres específicos según la edad, sexo, posición social, ocasión y estación del año. Lo anterior también determina los tipos de tela, colores, diseños y motivos ornamentales.
Asimismo, dichas diferencias son notorias en el peinado y los accesorios. El obi es la larga y ancha faja del kimono que se anuda en la parte posterior. Se complementa con una banda de tela delgada usada para cubrir la almohadilla que da volumen al nudo, cuya forma indica el estado civil de la mujer. Todo se sujeta en la parte media del obi con un delgado cordón.
Tomesode es el elegante kimono negro con coloridos detalles que, en la ceremonia nupcial, portan las madres de los novios. En cambio, el kimono masculino es siempre más sobrio, su único adorno es el escudo o emblema de familia –mon– en general representado con un discreto motivo floral.
Una costumbre de origen americano
En 1543, los japoneses establecieron contacto con los mercaderes portugueses e importaron libros científicos, caballos pura sangre, armas de fuego, relojes y ábacos; además de dos artículos de origen americano: el tabaco y la pipa.
El hábito de fumar se difundió rápidamente entre todas las clases sociales y se integró en cada aspecto de la vida pública y privada. Pronto, se empezaron a elaborar tabaqueras, ceniceros, braceros y pipas llamadas kiseru que se convirtieron en símbolos de prestigio.
Hanafuda
Hanafuda es un juego muy popular en Japón, al igual que el go, si bien este último es de origen chino. Consta de cuarenta y ocho cartas con dibujos de la flora y fauna, tienen diferente valor y están divididas en grupos de cuatro que representan las estaciones y los meses del año. El objetivo es reunir, en varias jugadas, los conjuntos de cartas correspondientes al mismo mes.
Tango no sekku, día de los niños
El 5 de mayo se festeja a los hijos varones. Se acostumbra montar en la casa un altar para exhibir muñecos que representan a guerreros legendarios e históricos, así como objetos relacionados con sus hazañas. También se colocan ofrendas elaboradas con arroz y carpas de tela, símbolos de perseverancia y éxito.
La finalidad de esta tradición que data del período Edo (1603-1868), es transmitir el ejemplar comportamiento del samurai, quien a los cinco años de edad recibía de su padre el sable que usaría, ya como adulto, a partir de su decimoquinto cumpleaños.
Festivales
Al igual que en otras sociedades agrícolas, en Japón las estaciones y los principales acontecimientos de la vida están marcados por ceremonias y ritos. Por ser un país productor de arroz, gran parte de sus festivales o matsuri han estado relacionados con el cultivo de este grano y se celebran a nivel nacional y regional durante las cuatro estaciones del año.
En general, las festividades se rigen por el calendario lunar, de ahí que la primavera inicie tras los festejos del año nuevo. Es entonces cuando se da la bienvenida a la deidad de los campos que habita en las montañas, la cual desciende para transmitir su poder al suelo durante la siembra y el trasplante del arroz a las parcelas, para luego retornar a su residencia después de la cosecha, en el otoño.
En las celebraciones, los devotos transportan en un suntuoso palanquín –omikoshi– a la deidad local del santuario shintoista, interpretan alegres danzas que imitan las etapas del cultivo del arroz y brindan ofrendas para pedir y agradecer una buena cosecha.
En el caluroso y húmedo verano se pide a las deidades su protección contra las plagas, enfermedades, epidemias e inundaciones El festival más famoso y concurrido es el de Gion, del santuario Yasaka en Kyoto, durante el mes de julio. El evento más sobresaliente es el desfile de 32 enormes palanquines rodantes, adornados con vistosos brocados y esculturas de personajes históricos. Nueve carruajes, de 25 metros de altura, tienen largos mástiles que representan las lanzas utilizadas en el rito de purificación para combatir simbólicamente la epidemia que diezmó a la población en el año 869.
Festivales legendarios
Algunos festivales han incorporado costumbres y creencias de diverso origen, entre los más tradicionales está el de las Estrellas- Tanabata- que se lleva a cabo el séptimo día del séptimo mes lunar. Su origen se remonta o está basado en una leyenda china donde se narra que la estrella Vega, hija del dios del Cielo, residía al este de la Vía Láctea y pasaba sus días hilando y tejiendo. Su padre le escogió como esposo a la estrella Altair, personificada por un pastor que vivía al lado opuesto. Después del matrimonio, los enamorados descuidaron su trabajo, por lo que fueron condenados a separarse y se les permitió reunirse solamente en el mencionado día.
Celebrado por primera vez en la corte imperial, en el año 755 del período Heian, durante este festival las jóvenes japonesas le piden a Vega ser tan habilidosas como ella en el arte de tejer y que les otorgue un esposo tan fiel como el suyo. Acostumbran componer breves poemas y escribir sus peticiones en coloridas tiras de papel que cuelgan en su casa en ramas de bambú, junto con figuras de papel doblado u origami.
En honor a estas estrellas y con el anhelo de tener éxito en sus actividades, la gente también elabora gigantescas estructuras que coloca en las calles. Según las creencias populares, sus deseos se cumplen en menos de tres años.