Esta ciudad del actual municipio potosino de Tamuín se localiza en un meandro del río Tampaón. El entorno geográfico es de selva baja, con abundante variabilidad de vegetación y fauna, lo que favoreció el aprovechamiento de diversas especies animales, el cultivo de la tierra y la recolección de alimentos que contribuyeron significativamente a la subsistencia de numerosos poblados asentados en la región. Además de ser una fuente importante de recursos alimenticios y agua permanente, el río fue el eje que facilitó el intercambio de mercancías y la interacción con otras regiones.
La evidencia arqueológica nos permite suponer que su población fue muy dinámica, con una economía diversificada, una compleja organización social, rituales funerarios e intercambio comercial con provincias lejanas. La ciudad de Tamtoc ha llamado la atención de los expertos. Incluso se ha pensado de ella que es, “sin lugar a dudas, el centro monumental más importante del noreste de México” (Dávila y Zaragoza).
Con base en fechamientos de carbono 14, el asentamiento sedentario más antiguo identificado hasta ahora (90-150 d.C.+-30) se ubica en el sector noroeste del sitio conocido como La Noria. Corresponde al momento preurbano organizado por una jefatura. La sociedad se organizó en torno a una complicada estructura religiosa, con una economía basada principalmente en la agricultura, la caza y la pesca, pero con un incremento marcado en el empleo de bienes de prestigio, como esculturas y ornamentos de piedra y concha.
La manifestación cultural de esta sociedad temprana está representada por la construcción de un complejo sistema de canales y depósitos de agua. Esta forma de distribuir y usar el vital líquido que brota en distintos lugares se encuentra asociado al culto de la vida y la muerte, manifestado en el portentoso monolito La Sacerdotisa. Al pie de éste se localiza un manantial o caja de agua donde fue colocada una elaborada ofrenda, de la cual podemos mencionar la extraordinaria escultura La Mujer Escarificada.
En un segundo periodo (450-900 d.C.), la ciudad tomó forma y los espacios públicos y privados fueron bien definidos. Guy y Claude Stresser-Péan (2001) registraron en la Plaza Principal estructuras arquitectónicas del periodo comprendido entre 450 y 900 d.C. Una ofrenda depositada en la base de una escultura, que contenía nueve conchas marinas, fue fechada en 482 d.C.
En 2015 excavamos un conjunto habitacional que corresponde a esta época. Su amplio tamaño y elaborados acabados sugieren que esta vivienda pudo pertenecer a un grupo de artesanos especializados en lapidaria y trabajo de concha, los cuales ocuparon un lugar privilegiado en la escala social.
Los templos ubicados en el eje este-oeste, El Cubilete y El Tizate , así como el Gran Patio y la escultura El Gobernante, pertenecen a este periodo, que fue cuando se logró un ordenamiento arquitectónico de lo que podría considerarse como el trazo de la primera ciudad.
El último periodo de ocupación, entre 900 y 1525 d.C., se caracteriza por un importante incremento poblacional y una intensa actividad constructiva, lo que da cuenta de una sociedad cada vez más poderosa y compleja. La ciudad alcanzó su mayor expresión urbanística y las instituciones estatales se fortalecieron.
Por último, es importante mencionar que el ritual funerario tuvo una relevancia extraordinaria en Tamtoc. Incluso generó un complejo arquitectónico caracterizado por templos, andadores y túmulos funerarios. De éstos se recuperaron 105 individuos fechados entre 1251 y 1522 d.C., depositados de manera sedente y mirando hacia el este. Estas personas tenían como único ajuar mortuorio una cuenta de piedra vede (cuarcita) proveniente de Motagua, Guatemala. Uno en particular presenta un pendiente elaborado en turquesa, proveniente de Arizona, Estados Unidos (Melgar et al., 2012).