El inmueble de Río Lerma no. 35, que alberga al Museo Casa de Carranza, fue concebido como una casa habitación porfiriana de clase media alta. Su constructor y primer propietario fue el Ingeniero civil Manuel Luis Stampa Ortigoza, quien participó en la construcción de inmuebles en las colonias Cuauhtémoc y Juárez, en las postrimerías del Porfiriato.
En 1919, Stampa arrendó su casa al presidente Venustiano Carranza, quien la habitó entre noviembre de ese año y mayo de 1920. Debido a la rebelión delahuertista, en la que la mayor parte del ejército se insurreccionó en apoyo al general Álvaro Obregón, el presidente se vio obligado a salir de la Ciudad de México, con rumbo a Veracruz, donde pensaba establecer su gobierno. Sin embargo, don Venustiano no pudo llegar a su destino, porque su convoy de trenes fue hostilizado todo el camino por los rebeldes, siendo obligado a internarse a caballo en la sierra de Puebla, para terminar asesinado en la ranchería de Tlaxcalantongo, la madrugada del 21 de mayo. Los restos de Carranza regresaron a la casa de Río Lerma 35 para ser velados y posteriormente sepultados en el Panteón Civil de Dolores el 24 de mayo de 1920.
Venustiano Carranza es uno de los personajes de primer orden de la historia nacional debido a su papel como caudillo durante la Revolución Mexicana. Tras el asesinato del presidente Francisco I. Madero, fue el encargado de dirigir la lucha contra el usurpador Victoriano Huerta y restablecer el orden legal. Para ello publicó el Plan de Guadalupe, y se erigió en Primer Jefe del Ejército Constitucionalista. Posteriormente, tuvo la responsabilidad de hacer que el movimiento revolucionario se concretara en un gobierno firme, lo que lo enfrentó con otros líderes rebeldes, como Francisco Villa y Emiliano Zapata.
Sin embargo, el mayor legado de Carranza fue proveer al país de una nueva Constitución Política, que sentara las bases legales para el cumplimiento de los objetivos sociales y políticos de la Revolución. Por este motivo, Carranza promovió la celebración de un Congreso Constituyente en la ciudad de Querétaro, de diciembre de 1916 a enero de 1917.
Por este motivo, aunque el Museo Casa de Carranza está dedicado en primer lugar a preservar la memoria de la vida y obra histórica de don Venustiano, desde sus inicios buscó también difundir la labor del Congreso Constituyente de 1916-1917, como se puede observar a través de varias de sus piezas de carácter conmemorativo. Entre ellas figura un cromo de grandes dimensiones (2.20 m x 1.72 m), que fue elaborado por los fotógrafos Pedro y José Mendoza.
Los hermanos Mendoza sirvieron a Carranza como fotógrafos oficiales, por lo que cubrieron gran parte de sus actos públicos y de su vida privada. En la década de 1950 contribuyeron a enriquecer el acervo del museo con el citado cromo, que está formado con retratos fotográficos de los 217 diputados al Constituyente, así como el del propio Venustiano Carranza, al centro de la parte superior de la composición. Estas imágenes están enmarcadas por una serie de adornos, entre ellos unas alegorías que representan a la Patria, rodeada por la Justicia, la Ley (encarnada en las Constituciones de 1857 y 1917) y el Trabajo.
Además de los retratos, el cromo presenta en su parte inferior ocho fotografías de los momentos más importantes del Congreso, así como de la pluma con que fue suscrita la Constitución y de las firmas autógrafas de cada diputado. Esta pieza está complementada por otro cuadro situado en su parte posterior, con los nombres de cada uno de los miembros del Constituyente. Ambos cuadros tienen sus respectivos marcos de madera grabada, en distintos estilos, y están sostenidos por una base del mismo material.
Este cromo es una pieza única, pues aunque forma parte de una serie de obras realizadas por los fotógrafos carrancistas para conmemorar las labores del Congreso, tiene características propias. Existen, cuando menos, otros dos ejemplos. Independientemente de su carácter histórico, esta pieza resulta de gran interés desde un punto de vista técnico, ya que representa la obra de más envergadura que llevaron a cabo los hermanos Mendoza, y es por ello un ejemplo de los métodos fotográficos disponibles a mediados del siglo XX.
Esta y otras piezas contribuyen a mantener viva la memoria de hombres que, como Carranza y los diputados del Constituyente, tomaron las armas para derrocar un régimen dictatorial y tratar de establecer un sistema más justo.
