Los antiguos constructores transformaron el cerro para adaptarlo y erigir un asentamiento donde se ubicaron las principales edificaciones cívicas y ceremoniales, así como administrativas y residenciales. De esta manera se aprovechó la topografía y se crearon cinco niveles o grandes terrazas de ocupación; la parte sur del cerro presentó una pendiente suave, ya que las demás laderas eran acantilados. En la parte sur y baja del cerro se encuentra el primer nivel, donde está el Salón de Columnas, la Plaza Principal, la Cancha para el Juego de la Pelota y la Pirámide Votiva. Por sus edificaciones, espacios amplios y fácil acceso, se considera que este sector del asentamiento era público.
El edificio originalmente estuvo formado de un solo cuerpo, es decir, la que ahora aparece como plataforma, en realidad continuaba sus muros hasta la cima con su escalinata al centro. Sin embargo, por el proceso de destrucción se perdieron estos muros y, al ser intervenida en 1955 por el arqueólogo José Corona Núñez, se decidió levantar sólo esta parte para proporcionar estabilidad al monumento.