Consta de un basamento piramidal con dos cuerpos y un templo en la parte superior. El segundo cuerpo del basamento se construyó con un talud y un tablero en delantal, a diferencia del primer basamento, el cual es sencillo. Este talud y tablero en delantal fueron muy comunes durante el Posclásico. El templo cuenta con una cámara, una antecámara y un acceso porticado. Para su construcción, los tepoztecas emprendieron grandes obras de nivelación. Es muy probable que se hayan tenido que recortar algunas áreas y rellenar otras con el propósito de ampliar el terreno. Gracias a las grandes terrazas con muros de contención fue posible levantar la plaza que se encuentra al oeste del templo, así como obtener áreas planas para la edificación de las casas en la sección este. La mayor parte de los materiales constructivos no se encuentran ahí, de manera que debieron ser acarreados desde la fuente de obtención y cargados en hombros por los tamemes.
Templo de Tepoztécatl
Escalinata
Se encuentra al oeste del basamento. Presenta anchas alfardas y 13 escalones, cuyo reducido tamaño obligaba a quienes subían al templo a hacerlo con respeto y con el cuerpo ligeramente inclinado, y a descender de lado, evitando darle la espalda a la deidad del templo. El número de escalones está estrechamente relacionado con su cosmogonía: los 13 cielos del universo mesoamericano y los 13 días de la semana del calendario ritual o Tonalpohualli. Es por ello que, al ascender por dichos escalones, el sacerdote subía a cada uno de los cielos hasta llegar al Omeyocan, el lugar de donde todo procede. A la vez, recorría el tiempo, pues al avanzar desde el primer numeral hasta el treceavo, cerraba la acción de los dioses que regían en cada trecena.