Tetzcotzinco
El pequeño Texcoco
Este hermosísimo lugar se conoce popularmente como “los baños de Nezahualcóyotl”. Fue diseñado por el célebre rey texcocano, quien al parecer acudía al sitio a ayunar y meditar. Asombra por su manejo del agua, entre acueductos, depósitos y canales.
Sobre la zona
Este sitio, ubicado al noreste de la ciudad de Texcoco, forma parte del territorio que en época prehispánica se denominaba Acolhuacan, el cual se extendió hacia los actuales estados de Tlaxcala, Puebla y Morelos.
La compleja historia de la región fue consignada en diversos documentos de los siglos XVI y XVII. En los relatos de Fernando de Alva Ixtlilxóchitl, por ejemplo, se narra que la gente de Xólotl, el caudillo chichimeca que llegó a la cuenca de México, envío a su hijo Nopaltzin a que explorara el territorio oriente de esa zona, de modo que en su recorrido pasó por Tetzcotzinco. El historiador describe también los acontecimientos referentes a los gobernantes descendientes de Xólotl, como Quinatzin, Señor de la Región, que murió precisamente en Tetzcotzinco. Asimismo, en tiempos de Techotlalatzin, la ciudad “antiguamente era desde Tezcutzinco hasta Ostotícpac”. Posteriormente, Nezahualcóyotl se ocultó en el bosque de Tetzcotzinco al ser perseguido por los tepanecas y, años después, se conformó la alianza con las ciudades de la región, al derrotar a los tepanecas gobernados por Maxtla. De acuerdo con estas y otras fuentes históricas, la época de mayor esplendor de este asentamiento tuvo lugar durante el gobierno de Nezahualcóyotl, Señor de Texcoco, a quien se atribuye la construcción de la obra hidráulica y arquitectónica.
En efecto, Tetzcotzinco forma parte de un complejo sistema hidráulico abastecido por manantiales que nacen en la sierra. Los acolhuas transportaba el agua a través de canales y acueductos, que levantaban rellenando el terreno entre las lomas para mantener el nivel del líquido. Los terraplenes sobre los que se asentaban los canales fueron construidos con piedra pegada con lodo, mientras que para los canales se empleó una mezcla de arena, cal y gravilla de tezontle, para finalmente bruñirlos con estuco a fin de hacerlos impermeables. Otra de las características del sitio es que las habitaciones, pilastras y canales, junto con los elementos escultóricos, fueron labrados en roca, los cuales se distribuyen entre Tetzcotzinco y la ladera oeste del Cerro Metécatl.
Durante la época colonial, el sitio fue destruido como parte del proceso de imposición religiosa. Sin embargo, se conservaron diversos conjuntos arquitectónicos conocidos en buena medida con los nombres asignados por la población: el Trono, Calzada, Baño del Rey, Palacio, Baño de la Reina, Baño de las Concubinas, Plaza o Patio de las Danzas, Templo a Tláloc, el Adoratorio o Los Dioses, Fuente L, Acueducto, Fuente A y Reservorio H. A ellos se suman petroglifos y esculturas antropomorfas y zoomorfas.
La compleja historia de la región fue consignada en diversos documentos de los siglos XVI y XVII. En los relatos de Fernando de Alva Ixtlilxóchitl, por ejemplo, se narra que la gente de Xólotl, el caudillo chichimeca que llegó a la cuenca de México, envío a su hijo Nopaltzin a que explorara el territorio oriente de esa zona, de modo que en su recorrido pasó por Tetzcotzinco. El historiador describe también los acontecimientos referentes a los gobernantes descendientes de Xólotl, como Quinatzin, Señor de la Región, que murió precisamente en Tetzcotzinco. Asimismo, en tiempos de Techotlalatzin, la ciudad “antiguamente era desde Tezcutzinco hasta Ostotícpac”. Posteriormente, Nezahualcóyotl se ocultó en el bosque de Tetzcotzinco al ser perseguido por los tepanecas y, años después, se conformó la alianza con las ciudades de la región, al derrotar a los tepanecas gobernados por Maxtla. De acuerdo con estas y otras fuentes históricas, la época de mayor esplendor de este asentamiento tuvo lugar durante el gobierno de Nezahualcóyotl, Señor de Texcoco, a quien se atribuye la construcción de la obra hidráulica y arquitectónica.
En efecto, Tetzcotzinco forma parte de un complejo sistema hidráulico abastecido por manantiales que nacen en la sierra. Los acolhuas transportaba el agua a través de canales y acueductos, que levantaban rellenando el terreno entre las lomas para mantener el nivel del líquido. Los terraplenes sobre los que se asentaban los canales fueron construidos con piedra pegada con lodo, mientras que para los canales se empleó una mezcla de arena, cal y gravilla de tezontle, para finalmente bruñirlos con estuco a fin de hacerlos impermeables. Otra de las características del sitio es que las habitaciones, pilastras y canales, junto con los elementos escultóricos, fueron labrados en roca, los cuales se distribuyen entre Tetzcotzinco y la ladera oeste del Cerro Metécatl.
Durante la época colonial, el sitio fue destruido como parte del proceso de imposición religiosa. Sin embargo, se conservaron diversos conjuntos arquitectónicos conocidos en buena medida con los nombres asignados por la población: el Trono, Calzada, Baño del Rey, Palacio, Baño de la Reina, Baño de las Concubinas, Plaza o Patio de las Danzas, Templo a Tláloc, el Adoratorio o Los Dioses, Fuente L, Acueducto, Fuente A y Reservorio H. A ellos se suman petroglifos y esculturas antropomorfas y zoomorfas.
Mapa
Sabías que...
- Tetzcotzinco es una palabra náhuatl. El sufijo “tzin” hace referencia al sitio como un lugar apreciado o hermoso.
Información práctica
Temporalmente cerrado
Martes a domingo de 10:00 a 16:00 hrs.
Entrada libre
Existe un estacionamiento cercano a la Zona Arqueológica pero no está bajo la jurisdicción del INAH
Se localiza entre los poblados de San Nicolás Tlaminca y San Dieguito Xochimanca, Estado de México.
Desde la Ciudad de México, tomar la carretera México-Texcoco 190 o la autopista Peñón-Texcoco y seguir por la desviación del Molino de Flores.
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+52 (722) 167 1325
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Directorio
Investigadora del Centro INAH Estado de México
Martha Patricia Hernández Mendoza
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+52 (722) 215 7080 y 215 8569