La profusión de escritos sobre el Sagrado Corazón de Jesús durante el segundo tercio del siglo XVIII ayudó a la difusión de imágenes del Corazón de Cristo en diferentes pasajes de su vida, y en especial los asociados con su Pasión. Se sabe de la existencia de un libro de oraciones llamado Schola Cordis, cuyas ilustraciones muestran cada uno de los pasajes de la Pasión de Cristo con el corazón como personaje central de cada escena. (1)
En esta obra se representa a Jesús Niño con el corazón inflamo de amor por la humanidad, rodeado de los elementos de su pasión y arrodillado sobre una cama de trigo en la cual se destaca la hostia sobre un cáliz, con lo que se alude a su sacrificio por la redención del género humano y a su gran amor por éste al quedarse en la Eucaristía. Entre los elementos de la Pasión, fray Miguel Herrera colocó al buey y a la mula en señal de obediencia y sumisión, tal y como acompañaron al niño Jesús en el pesebre de su nacimiento.
En parte inferior del lienzo aparece una inscripción que señala que esta obra fue realizada para las monjas capuchinas, quienes profesaban gran devoción al Corazón de Jesús. (2)
(1) Luis Brozon, “La devoción al Sagrado Corazón del siglo XVIII”, en Boletín de Monumentos Históricos, no. 7, pp. 33-50.
(2) Ibídem.