El pasaje representado en esta obra no se encuentra descrito en ningún texto canónico sino en Los evangelios apócrifos. Así la presencia de los apóstoles alrededor del lecho en que se encuentra la Virgen, se explica en el libro de san Juan evangelista, el teólogo, que narra: "...y el Espíritu Santo dijo a los apóstoles: Venid todos en alas de las nubes desde los (últimos) confines de la tierra y reuníos en la santa ciudad de Belén para asistir a la madre de Nuestro Señor Jesucristo, que está en conmoción: Pedro desde Roma, Pablo desde Tiberia, Tomás desde el centro de las Indias, Santiago desde Jerusalén. Andrés, el hermano de Pedro, y Felipe. Lucas y Simón Cananeo, juntamente con Tadeo, los cuales habían muerto ya, fueron despertados de su sepulcros por el Espíritu Santo..." aclarándoles que "La causa por la que surgís en este momento de nuestras tumbas es que habéis de ira rendir pleitesía a la madre de Nuestro Salvador y Señor Jesucristo, tributándole un homenaje maravilloso; pues ha llegado la hora de su salida (de este mundo) y de su partida para los Cielos. "Después entramos en el lugar donde estaba la madre de nuestro Dios y, postrados en actitud de adoración, le dijimos: No tengas miedo ni aflicción. El Señor Dios, a quien tu alumbraste, te sacará de este mundo gloriosamente..."
La solución tradicional de enmarcar la escena por medio de cortinajes de los extremos superiores, se enriquece por medio de flores creando la ilusión óptica de que la obra remata de forma de arco de medio punto.
(1) Aurelio de los Santos Otero, Los evangelios apócrifos, "Libro de San Juan Evangelista (el teólogo)", v. XII-XIII, pp. 587-588.
(2) Ibídem, v. XV, p. 588.