Una vez tomado prisionero, Jesús es conducido a casa de Caifás; después de comparecer ante él pasa la noche en una mazmorra, para ser llevado al día siguiente ante Pilatos.
Después de presentarse ante Caifás: "A este tiempo, eran las tres de la madrugada, bajaron a Jesús del Salón del Consistorio, al Atrio...y entregaron a Jesús a la escuadra de soldados que le avían traydo preso, para que en el atrio lo tuviesen en segura custodia, hasta el amanecer. ¡O buen Jesús! no dormías, ni dormían los que tenían por descanso atormentarte...” (1)
En esta obra, Cristo aparece encadenado en su prisión, vestido de color gris en señal de que es injustamente juzgado.
(1) Fernando de Valverde, Vida de Jesuchristo..., pp. 349-350.
(2) Luis de Granada, Libro de la oración y la meditación..., p. 349.