Nació en la ciudad de México el año de 1661, obtuvo el grado de doctor en derecho y desempeñó numerosos cargos, como decano de la facultad de cánones, catedrático jubilado de prima de leyes y cancelario de la universidad; abogado de la audiencia de México, consultor de la Inquisición, cura, canónigo y maestrescuela del sagrario de la metropolitana; provisor de indios, juez de testamentos, capellanías y obras pías; capellán de las religiosas carmelitas descalzas y abad de la venerable congregación de san Pedro. Como heredero y albacea de don Juan Caballero y Ocio donó para diversas obras pías 388,580 pesos. Fundó el convento de San José de Gracia de la ciudad de Querétaro para religiosas capuchinas y siete becas en el seminario de San Javier en la misma ciudad. En México fue el principal fundador y bienhechor del colegio de la Asunción para niños de la metropolitana. En otras iglesias, como la Profesa, San Gregorio, la Concepción, la Santísima, Santa Teresa la Antigua y el colegio de Tepotzotlán, dejó un capital de 28,000 pesos. Al colegio de niñas de Belén, que él llamaba "Castillo y fortaleza contra el demonio", otorgó también un fuerte donativo. Torres y Vergara escribió la Disertación canónico-moral sobre la costumbre de la metropolitana de México de que los prebendados enfermos no ganan la porción vacante de derecho de acrecer, es racional, prescrita, laudable, santa y favorable al culto. Murió el 27 de octubre de 1727, a los 66 años de edad.
En este cuadro aparece la imagen del bienhechor novohispano vestido con traje religioso blanco y sobrepelliz negra, lleva un libro entreabierto en la mano izquierda; un escudo nobiliario, situado en margen superior izquierdo, nos indica la relevancia social del personaje.
Jesús Romero Flores, Iconografía colonial, pp. 196-197.
José Mariano Beristáin y Souza, Biblioteca hispanoamericana septentrional, t. 5, pp. 45-46.