Cuadro de forma rectangular que representa a una monja joven, de cuerpo entero, con túnica, escapulario y toca blancos, velo negro, capa de color café y un bonete de tiras blancas con cinco botones rojos. Entre las manos sostiene un libro de oraciones y sobre el hábito lleva un rosario. Por el hábito que viste sor María Ignacia del Espíritu Santo sabemos que perteneció a la orden del Salvador o de santa Brígida, una de cuyas características es una vida interior profunda, nacida de las numerosas horas de meditación a las que obligan sus reglas. Lleva sobre la cabeza los símbolos de los estigmas de Cristo, era el mejor modo de expresar que el pensamiento debía ser fijo en el crucificado. (1) Por la inscripción en la pintura se sabe que sor María Ignacia del Espíritu Santo era religiosa del Convento de Nuestra Señora de las Nieves, de la orden de santa Brígida de la ciudad de México, y que profesó el día 8 de octubre de 1768 a la edad de 17 años.
(1) Josefina Muriel de la Torre y Manuel Romero de Terreros, Retratos de monjas, p. 21.