La imagen de la coronación de la Virgen tiene sus antecedentes en la tradición popular y como apunta la doctora Vargaslugo (1) es ajena a la Biblia. La escena se encuentra relacionada con los textos asuncionistas en que se narra cómo Cristo recibió a su santísima Madre ante todos los coros celestiales, después de su dormición estando presentes los apóstoles. (2)
En esta obra la Virgen aparece sobre un conjunto de angelillos ataviada según los cánones de la Inmaculada. El velo que cubre su cabeza alude a su virginidad preservada por el amor divino. (3) La corona está sostenida por Dios Padre, que además porta con su mano izquierda el cetro real, y por Cristo representado con el torso desnudo y las huellas de la crucifixión. En la parte superior central la escena es precedida por el Espíritu Santo en forma de paloma.
El cuadro, originalmente de forma oval, presenta una intervención del siglo XIX para darle forma cuadrangular. Pertenece al círculo de Miguel Cabrera.
(1) Elisa Vargaslugo, et. al., Juan Correa, su vida y su obra, t. II, p. 117.
(2) Santiago de la Vorágine, La leyenda dorada, t. I, pp. 489-498.
(3) Jean Chevalier, et. al, Diccionario de los símbolos, p. 350.