En esta obra se ubica, a la derecha de la composición, en una cama ricamente adornada con dosel y mantas de brocado rojo y dorado, una madre dando al pecho a un niño que sostiene en brazos. Frente a ella se encuentra de pie un personaje masculino que dirige la mirada al niño. Viste casaca ceñida a la cintura, con cuello y puños de encaje y capa negra, y lleva un sombrero de ala ancha en la mano izquierda. Completan la escena principal tres mujeres, una parada al pie de la cama y otras dos reclinadas. Detrás de ellas, un reloj dieciochesco y, a la izquierda, un brasero con carbón. En la parte derecha del óleo se localizan dos escenas secundarias: arriba aparece san Ignacio con vestido talar oscuro, entre nubes, y abajo, un personaje de pie con muceta, alba, sotana, capa y báculo, a su izquierda, una mujer arrodillada con el cabello suelto a la espalda.

Esta escena nos remite a la historia de la vida de san Ignacio en el momento de su nacimiento, probablemente cerca del 23 de octubre de 1491. Iñigo López de Loyola fue hijo de Beltrán de Loyola y su esposa Marina, quienes murieron cuando aquél era todavía muy joven. Las escenas secundarias nos remiten a las profecías que precedieron su nacimiento, sin embargo, los historiadores consideran que muchas de las leyendas referentes a la vida de san Ignacio son poco confiables y prácticamente no las mencionan, por lo que no ha sido posible identificar las aquí presentes.  

Esta obra forma parte de una serie que perteneció originalmente a la Casa Profesa de México y pasó después a formar parte de la colección de los P.P. del oratorio de San Felipe Neri, quienes la cedieron a la Compañía de Jesús. Los jesuitas la donaron el 12 de agosto de 1970 al Museo Nacional del Virreinato.

Obras completas de san Ignacio de Loyola, pp. 10-11.